Al caminar pensaba en la imposibilidad de
encontrar su media naranja. Él era, ciertamente, un ser único, lleno de
virtudes. Su único defecto era ese, estar lleno de virtudes –pensó sonriendo,
hasta que antes de llegar al semáforo lo apuñalaron; un golpe seco en la
garganta con una daga muy larga. Llego entonces ella, la muerte. Y sus últimas palabras
fueron hermosas, como pompitas de jabón.
martes, diciembre 01, 2015
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