Llevaron al perro al veterinario. Estaba medio muerto y con la lengua colgándole por un lado; la camilla dispuesta para esas situaciones –que era metálica- estaba llena de vapor y pequeñas gotas de agua. Lágrimas y ladridos entrecortados desplazaban el oxígeno que todos respiraban.
Mientras el señor veterinario preguntaba qué le había pasado al perro, pensaba en tres cosas puntuales: dónde podría estar la linterna dentro del bolsillo de su delantal, dónde estaban las llaves de su casillero en el parque de natación y cuánto faltaba para que arrancara el partido Chelsea vs Manchester; respuesta de esta última pregunta: cuarenta minutos más o menos.
Doctor sálvelo por favor es lo único que tenemos no tenemos hijos únicamente este perrito únicamente a Terry es la luz de nuestras vidas es lo único que tenemos no lo mire no más haga algo Doctor… Las dos niñas de 9 y 6 años lloraban sin entender la ofensa. Era una familia.
El veterinario abrió los ojos lentamente, luego de salir de una serie de parpadeos. Estaba molesto. Quería ver el partido. El tiempo era corto. El clima húmedo. El perro estaba vivo pero, qué es el mundo comparado con mi pantalón –pensaba que pensaba, porque la verdad esas palabras pertenecían a una obra de Beckett-.
Doctor sálvelo por favor… Qué le dieron Ustedes a este animalito –los interrumpió el veterinario mientras miraba desde abajo-. Un purgante. Esa fue la respuesta de la familia: un purgante. La saqué barata –se dijo mientras olvidaba su linterna de bolsillo y las llaves del casillero-; voy a ver futbol, hijueputa!.
La familia salió llorando acompañada del veterinario. Él ocultaba su risa, su emoción. La familia llegó a casa, desconsolada lloraba un tanto más. Los gritos de Gol sonaban por todo el barrio. El Chelsea había ganado 3 a 2 y el veterinario había dictaminado que el perro no era un perro, de ahí la causa de su muerte. Que era un parásito estomacal, que por eso no resistió los medicamentos.
Mientras el señor veterinario preguntaba qué le había pasado al perro, pensaba en tres cosas puntuales: dónde podría estar la linterna dentro del bolsillo de su delantal, dónde estaban las llaves de su casillero en el parque de natación y cuánto faltaba para que arrancara el partido Chelsea vs Manchester; respuesta de esta última pregunta: cuarenta minutos más o menos.
Doctor sálvelo por favor es lo único que tenemos no tenemos hijos únicamente este perrito únicamente a Terry es la luz de nuestras vidas es lo único que tenemos no lo mire no más haga algo Doctor… Las dos niñas de 9 y 6 años lloraban sin entender la ofensa. Era una familia.
El veterinario abrió los ojos lentamente, luego de salir de una serie de parpadeos. Estaba molesto. Quería ver el partido. El tiempo era corto. El clima húmedo. El perro estaba vivo pero, qué es el mundo comparado con mi pantalón –pensaba que pensaba, porque la verdad esas palabras pertenecían a una obra de Beckett-.
Doctor sálvelo por favor… Qué le dieron Ustedes a este animalito –los interrumpió el veterinario mientras miraba desde abajo-. Un purgante. Esa fue la respuesta de la familia: un purgante. La saqué barata –se dijo mientras olvidaba su linterna de bolsillo y las llaves del casillero-; voy a ver futbol, hijueputa!.
La familia salió llorando acompañada del veterinario. Él ocultaba su risa, su emoción. La familia llegó a casa, desconsolada lloraba un tanto más. Los gritos de Gol sonaban por todo el barrio. El Chelsea había ganado 3 a 2 y el veterinario había dictaminado que el perro no era un perro, de ahí la causa de su muerte. Que era un parásito estomacal, que por eso no resistió los medicamentos.
3 comentarios:
Qué gonorrea
Es una historia horrible, me dio de todo, casi lloro.
La historia me gusta mucho, muy descuidadita la escritura, póngale ojo a eso. Que usted es bueno.
Suerte.
Oiste, negro, te mandé al correo del facebook lo que yo creo puede ser la corretsión.
La mirás y me contás?
Gracias por leer estas historias que pasan en el barrio fino.
Moi je vraiment jouis cet petit conte... pour ça je me souviens du mon medecin qui jamais regarde moi pendent la interview....moi comme un petit chien, des colombiennes comme de petites chiens...
Publicar un comentario