¿Lo han intentado? Imaginar o sentir que una palabra o un estímulo externo inmediatamente extrae algo escondido de uno de los cinco sentidos. O bien, al revés, y luego por el otro lado. Bien. Por ejemplo, a mí el sonido del bajo eléctrico me sabe a helado de limón. Desde que tengo memoria esto ha sido así. Igual puede pasar con los nombres; cada nombre para mí, trae su cara predeterminada. Por eso cuando Usnavi no es un campesino con machete y poncho, sino que resulta ser es un bulto de soldados, me confundo. Y así con varias palabras, varios sonidos, varios olores.
Si les falta imaginación, pues pueden acudir a dos libros fundamentales. Las Enseñanzas de Don Juan, y El Fenómeno LSD, de Cohen. Me entenderán, pero como dijo alguna vez Dalí: “Yo ya estoy donde Ustedes quieren llegar”.
La rabia, en cambio es una visión muy feliz. Cierro los ojos y veo un galope, velocidad. Una lanza roja que tiene forma de espiral compacta. Nunca para; avanza y arrastra todo a su paso. Es una jabalina roja; tal vez en forma de tridente, tal vez en forma de mujer embarazada con cuernos. Roja. Su impulso, su furor, nunca se acaba pues de vez en cuando es un lobo que corre para volver a ser esa línea delgada de destrucción. Su cara es llena de colmillos –escamas que son colmillos afilados-, plumas largas que parecen llamaradas, escupitajos de lava. Con varios pares de orejas. Con varios pares de ojos.
Amiguitos, los invito pues a que sigan pensando estupideces.
Si les falta imaginación, pues pueden acudir a dos libros fundamentales. Las Enseñanzas de Don Juan, y El Fenómeno LSD, de Cohen. Me entenderán, pero como dijo alguna vez Dalí: “Yo ya estoy donde Ustedes quieren llegar”.
La rabia, en cambio es una visión muy feliz. Cierro los ojos y veo un galope, velocidad. Una lanza roja que tiene forma de espiral compacta. Nunca para; avanza y arrastra todo a su paso. Es una jabalina roja; tal vez en forma de tridente, tal vez en forma de mujer embarazada con cuernos. Roja. Su impulso, su furor, nunca se acaba pues de vez en cuando es un lobo que corre para volver a ser esa línea delgada de destrucción. Su cara es llena de colmillos –escamas que son colmillos afilados-, plumas largas que parecen llamaradas, escupitajos de lava. Con varios pares de orejas. Con varios pares de ojos.
Amiguitos, los invito pues a que sigan pensando estupideces.
2 comentarios:
El pensamiento de las cosas inutiles, es tan util. Un buen rojo en tus escritos. Por ahi seguimos.
Después de leer esto se me vino a la memoria el siguiente pasaje de la autobiografía de García Márquez:
"...en Cataca habían abierto por esos años la escuela montessoriana, cuyas maestras estimulaban los cinco sentidos mediante ejercicios prácticos y enseñaban a cantar. Con el talento y la belleza de la directora Rosa Elena Fergusson estudiar era algo tan maravilloso como jugar a estar vivos. Aprendí a apreciar el olfato, cuyo poder de evocaciones nostálgicas es arrasador. El paladar, que afiné hasta el punto de que he probado bebidas que saben a ventana, panes viejos que saben a baúl, infusiones que saben a misa. En teorías es difícil entender estos placeres subjetivos, pero quienes los hayan vivido los comprenderán de inmediato."
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