martes, julio 24, 2007

Comentarios sobre el alma de una lagartija

Siempre que muere una serpiente una parte de la humanidad pierde lo reptil, lo venenoso que hay en élla. Esto no es una liberación de los pecados. No. Es una pérdida de habilidades. Así como Sansón perdió el cabello y con ello sus fuerzas, la humanidad pierde; pero no con el corte de cabello de un santón mataleones (de niño, pues de grande se cargó unos muchos filisteos), sino cuando pone el pie sobre un reptil.
Cuando estuve "veraneando" lejos de acá, le escuché a una niña de ojos muy grandes, que ayer –cerca a su casa- le había dado palo a una culebra hasta matarla. A mi eso me llenó de ira. La disimulé perfectamente pues tenía un par de rones en la cabeza. La música sonaba: una canción de Nacho Vegas. ¿Hombre y por qué hacen eso? –le dije a la niña, Laura, creo-. Y la niña respondió: "Hmm, no sé". Luego el tema se perdió y seguimos hablando güevonadas.
De todo eso sólo queda –hoy- una rabia inmensa ¿Cómo hacen eso? Es todavía la pregunta. Cómo. A mi no me dan ganas de matar todo animal peligroso que veo; a mi no me dan ganas de moler a pala a todo el que tiene una escamita.
Durante una de las excursiones de limpieza de mi mamá a la sala para ver que es lo que hay para arreglar, se me dio un hallazgo feliz. Una lagartija: estaba atrapada en el lugar donde dos vidrios se encuentran (L). Oí de inmediato el grito, Felipe cogé (agarrá, para los formalistas, para una facción de ellos; para los ortodoxos: tomad con las manos) la lagartijita. Yo la saqué de la casa para llevarla a un árbol. Durante el trayecto el bichito me mordió; es decir, la lagartija me mordió en el dedo índice. Eso me dio mucha risa, casi que igual pasa con las mamás cuando sus bebés les dan de puntapiés en las piernas. Una violencia tierna. La solté en un árbol de mango que había allí cerca. Miró (ella, la lagartija) hacia todas partes un buen rato y por fin saltó de mi mano ¿Cómo hace la gente para matar un animalito?
Después, al día siguiente –si no es estoy mal- mi primito Daniel me trajo una lagartija chiquitica chiquitica. No tenía cola. La lagartija. Esta no me mordió cuando fui a liberarla por ahí. Relámpagos dentro: en mi Gulliver la misma pregunta vino de nuevo ¿Cómo hacen para matar un animalito de estos?
A los días vino Ernesto (o algo así) y se tomó unos rones en la cabaña, en nuestra compañía. A eso de las 7:00 p.m. El hombre ya estaba con la lengua más suelta; se reía. Se subió las mangas de la camisa y nos mostró que le faltaba un pedazo del antebrazo. "Un lagarto" -dijo-. En una isla de nosédonde mientras sacaba agua de un pozo. Le brotaban lágrimas de dolor; a nosotros –los que escuchábamos las historia y veíamos al viejo medio borracho- nos saltaban lágrimas pero de la risa. Ahora no estoy tan seguro de la pregunta. Tal vez está mal formulada. Hace poco volví del "lugar de veraneo". Prendí la TV y me encuentro con que están presentando Anaconda. Ahora sí estoy confundido, por la pregunta misma ¿Serían los rones? ¿Sería el tamaño del lagarto o el tamaño de la boca del lagarto? ¿O serían las nalgas de la señorita López en brutal desbandada gracias a la serpiente?
Hace poco casi me atropella un carro, frente a la cafetería y rumbiadero La Plaza (cerca al Cable, Manizales), por hacer que una lagartija pasara la calle. Era muy parecida a la del lugar de veraneo. Don Juan y sus enseñanzas. In my head, all the time ¿Quién me vigila?

1 comentario:

Natzz dijo...

(...)Jamás, hombres humanos,
hubo tánto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tánto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tánta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor(...)

(Los nueve monstruos-César Vallejo)



(((me gustó lo que escribió)))