Nota personal: sin perspectiva profesional alguna,
considero la posibilidad de ser un oráculo: no sé responder correctamente y de
forma directa cada una de las preguntas que me hacen.
Nota personal: Botamos, tiramos al tacho de basura todo lo viejo. Las imágenes también, revistas y posters, pero todo esto habiendo
perdido la fe en aquello que el hombre tiene de más cercano, más íntimo que la
piel. La muerte, hablo de la muerte y la decadencia. Falla el progreso –como fallará-
y las hidroeléctricas dejan de mover sus bigotes por falta de ríos, porque nos
los tomamos o porque ya se los vendimos a los hijueputas canadienses,
¿y qué? Donde irán a parar las imágenes: se iràn con la energía, con la falta
de memoria se perderá lo único que tiene de valioso esta humanidad agobiada y
doliente y merdique. Mejor pensar dos
veces antes de botar los viejos boletines de la programación de la Cinemateca de
París. Ya es tarde igual, para todo y para todos.
Nota personal: Heart of Dogness. Sinopsis. Es una
historia de un hombre que trabaja en una perrera. Allí baña y alimenta y,
cuando el sacristán voltea el Cristo, electrocuta a los perros. La rutina es
esa. Un día, se lo come un perro negro que estaba en la jaula 35, Toby, un gran
danés. Entrando por la garganta en forma de bolo alimenticio, el hombre viaja
hacia las profundidades del estómago, donde vive las más locas aventuras. El
viaje termina en un lugar oscuro que pocos conocen pero que algunos se atreven
a explorar. En las notas donde aparece el posible casting, el perro negro es debería
haber sido protagonizado por Sean Connery. Al parecer todo estaba hablado y el
proyecto se fue al traste porque había muchos productores que querían hacer el
filme y nadie logró ponerse de acuerdo.
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