sábado, agosto 11, 2012

Catarsis


Se enamoró en la oscuridad y no quiso volver a abrir los ojos. El viejo era así, complicado, devoto de las obsesiones y los rituales. El sábado por la mañana me despertó y dijo que quería ver a la pianista, una tal Paurini, no recuerdo su nombre, pero sé que era muy bonito, sonoro, difícil de pronunciar.

Lo llevé entonces hasta la cocina y tomamos café. Nos reímos mucho cuando hablamos de mi nueva pasión por la séptima de la menor. El nunca me quiso explicar, pero se burlaba de mi porque no sabía decir bien las cosas. No se dice séptima de la menor, no sea güevón –me dijo entre risas-.  Le pregunté luego que si quería que lo bañara, a lo que respondió con las aletas de la nariz. Las abrió dos veces.

Lo llevé al baño. Llenamos la bañera con agua caliente y yo le ayudé a entrar para que no se matara. Cójame duro de los brazos porque me mato –me decía mientras entraba en el agua. Pero antes de eso se me quedó viendo en silencio, luego suspiró y me habló de un mito del que no se acordaba muy bien. Yo lo escuchaba con atención mientras metía los dedos en el agua midiendo la temperatura. Habló luego sobre un piano en una librería. Habló de una piel blanca, del capitán Ajab, de Orwell, de Alphonse van Worden, me habló de cómo contuvo una vez las lágrimas oyendo una canción de Daft Punk. “It might not be the right time”-me dijo, a lo que yo respondí con un pardon?-. Ahí yo me reí. El viejo se sacó algo de la boca y me lo lanzó en la cara con la mano derecha, creo que era uno de sus dientes.

Treinta minutos pasaron sin que el viejo abriera la boca o pronunciara palabra alguna. De repente, levantó las cejas, la ceja derecha –siempre hacía lo mismo y así quedaba en todas las fotos: con una ceja levantada-. Así me recitó esta frase: « Il avait la peine à marcher; mon père courut à lui jusque sur le port et tous deux manquèrent à mourir de l’mpression qu’ils éprouvèrent en cet instant ». Sus ojos se llenaron de lágrimas y yo no supe que hacer, me quedé ahí. Sombras que florecen y versiones apocalípticas de la felicidad.

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