lunes, marzo 05, 2012

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Capítulo1. Transfusión sanguínea con la mente? Si, si, llámenlo de inmediato. Capítulo2. El día había apenas comenzado, el final se veía lejos y el Sol susurraba promesas de dolor. Había pasado la noche en vela, pensando y mirando una copa de vino, llena de vino. Únicamente la miró. Se sintió ebrio, sintió como el licor utilizaba la mirada como vehículo; si Lacan afirma que la mirada es un objeto, este objeto debe ser un pitillo. El color purpura encontró refugio en sus venas y luego pasó a su cerebro. Cuando su mujer y sus dos hijas lo llevaron al cuarto, a eso de las 7am, no pudo evitar sentirse victorioso. Punto aparte. Despertó a las 11 y todavía se sentía borracho. Llamó a su esposa, la llamó tres veces hasta percatarse de que era la única persona en casa. Suspiró. Se puso de pie y fue hasta el living, donde todavía estaba la copa, su copa de vino tinto. El líquido estaba intacto. Se frotó el dorso de la mano con el mentón. Bebió un poco y no tenía ningún sabor; igual que beber agua, no sabe a nada. Punto aparte. Lo había logrado, mirando la copa durante 10 horas exactas y así hizo desaparecer el alcohol. Volvió a la cama sonriendo y preguntándose si esa habilidad era posible practicarla en seres humanos. Morfeo se lo llevo a pasear mientras una sonrisa se desvanecía en su cara. Se levantó ocasionalmente para tomar un analgésico con leche. –Jueputa, la leche es bendita –se decía-. Capitulo3. Qué me mira, señor, se le perdió una igualita? Capitulo4. Mirar una persona durante 10 horas no es posible. Primero, porque se asusta o se maravilla cuando un par de ojos –inclusive uno solo- se posa sobre su cara; hacerlo durante más de 20 minutos es ya motivo de pelea u otras cosas que su condición de padre de familia no le permiten. Segundo, porque luego de haberlo intentado sentía que la boca se le llenaba de sangre, sensación que luego invadía su garganta. Eso le disgustaba mucho. Drenar completamente a una persona tiene su ciencia. Capítulo5. Papá, papá, de quien son los chicles que están en la sala? Puedo comerme uno? No. Capítulo6. Papá, por qué me estás mirando tanto? Por nada, porque estás muy linda hoy. Capítulo7. En el hospital, ante la confesión, su mujer le pidió el divorcio y le dio un puntapié en la pierna derecha. –Hijueputa. Usted es un hijueputa… -Su silencio confirmaba la acusación. Capítulo8. Hepatotelequinesis. Así decía el anuncio que dejó en los clasificados. Pensó también en poner hepatofagotelequinesis, pero no era tan comercial.

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