Contener las horas es inútil, pero al Hombre le queda el triste consuelo de medirlas, trazarlas con un lápiz en el aire para verlas desaparecer para siempre.
Para los segundos, por el contrario, existen prisiones muy eficaces: las fotografías. Un segundo es suficiente para captar la esencia de un día, gris o lleno de luz, malo o peor que malo, pero suficientemente pesado para caer en la trampa del color y la sombra puesta desde una cámara de fotografía.
Por culpa del ritmo inclemente de las caderas de esta puta vida mía que no para de moverse y hacerme bien y luego mal, he decidido escribir sobre una foto las impresiones de un día: fotos en días.
Este es un proyecto que comienza a partir del 28 de noviembre 2011 y termina el 31 de diciembre 2011.
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