martes, julio 05, 2011

Sad & Co.

1. Cuando vi a Ronaldihno, Romario y hasta al terrible Edmundo –sí, el que es un hijo de puta– nunca imaginé que el país de la samba y el jogo bonito produjera canciones tan agudas, tan propias para hacer el alma pedazos. Cuando las escucho siento que mi pecho busca algo que está perdido en un lugar lejano.
Ahora, entiendo el significado de la palabra saudade.
No sé qué me corta la piel en pedacitos, no sé qué es esto que siento, el espíritu cariado, como si la tristeza escondida saliera a buscar el Sol, así como lo hacen las lombrices en su danza frenética que las lleva a la muerte. Oigo "Preciso me encontrar" y siento el cuerpo entero como una encía, como una tortuga que contempla una planicie mientras se le humedecen los ojos.
Pero luego veo las imágenes del partido entre Flamengo y Velez y oigo –una vez más en la voz de Marisa Montes- la canción “Infinito particular” y recupero la fe en la vida y hasta me dan ganas de orinar media hora seguida, sin parar mientras me rio de las nubes que humedecen Paris.