martes, agosto 04, 2009

Conversación

Obsesionado con el tiempo pregunto a mi madre una duda inocente pero profunda.
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-Mamá, el tiempo existe -digo yo en un tono que se parece al ruido del motor, en un tono que retumba en la cojineria del carro haciendo pensar que es posible encerrar el Cielo en una jaula-.
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Lilia, mi mamá, detiene el carro cerca de un anden. Me mira mientras frena, apaga el motor y pone el freno de emergencia.
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-Felipe, pues claro que sí -dice ella, con un tono de voz que se acelera-. Tan pendejo; bájese ya y me paga esta factura.

1 comentario:

Andrea Carolina dijo...

desde que leí Borges, y no desde que estudié fisica en el colegio, creo a veces que el tiempo no existe, saludo.