viernes, mayo 29, 2009

Sobrevivir a la risa

10:00, comienza la fiesta. 2:00, paran la música, no bailan más, se sientan para hablar. El anfitrión cuenta a todos que cuando tenía 20 años se golpeó en la cabeza; mostró la cicatriz. Luego los miró y les dijo que desde ese día el pollo le sabía a mango y el mango a pollo. Todos rieron sin poder para. Debieron irse pues no eran capaces de hablar. El anfitrión los despidió.
Al día siguiente supo que a varios de sus amigos el diafragma (o algo así) les había explotado. Se arrepintió de haber mentido.
Años después la persona que sobrevivió a la risa contó la historia mostrando una cicatriz en el pecho. Todos rieron pero sólo un poco; la fiesta acabó cuando a todos les comenzó a doler la cabeza.
Una semana después todos confundían el sabor del pollo con el del mango.



Dedicado a C. Milena Jüng. Bon anniversaire. 30 mai 2009.

2 comentarios:

liava dijo...

Vale la pena sobrevivir a la risa y tambien a la tristeza porque esto hace que el mundo siga andando sobre nosotros y nosotros sobre él. Una buena manera de sobreponerte al hastío. Te queremos mucho.

Gatohombre en Paris dijo...

Mamá loca, te quiero mucho... me alegra que ya estés bien. Cuidate un montón. Adoro, gracias por escribirme... que se repita!