Desperté y sentí que no lo había hecho nunca; dormí las ocho horas reglamentarias. El baño fue lento y cuidadoso. Me peiné. Desayuné cualquier cosa y salí para Notre-Dame du Champs con el eco de "mi Gin tonic" en los oidos.
Disfrasados estaban todos, los pájaros y la mañana, la gente. Todo me parecía bonito.
Disfrasados estaban todos, los pájaros y la mañana, la gente. Todo me parecía bonito.
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