De repente la imagen de pequeñas velitas y bombas, tarjetas también, me pone melancólico y me revuelve el estómago. Una pizza caliente que me quema el paladar, una quemadura es más
Mamá, siento mucho no tener nada bonito para ofrecerte, nada llamativo para tus ojos –que me imagino que en este momento siguen los caminos del agua-lluvia que baja por las calles de Manizales, o que siguen el movimiento de una cuchara con helado que alguna amiga te habrá regalado-.
Lo que sí puedo decirte y ofrecerte es el vacío que dejas todos los días que no puedo tocar tus manos (que, no sé si está bien o mal, son como las mías), darte un pico o sentir tu voz que para mí es como el caminar del tiempo, un sonido fuerte, hermoso y difícil de clasificar. Me haces falta, esa silueta y esa voz que en este momento no me lee es lo que tengo para regalarte.
Feliz cumpleaños, mamá.
3 comentarios:
Por qué angustiarte por las palabras, cuándo el sentimiento es el mejor conductor de ellas y el que sabe interpretar su verdadero sentido. Y aunque tu soledad asfixie tu voz, tus manos y tu corazón demuestran su libertad al transmitir un bello mensaje como éste. Amo.
Parcero... acabo de darle serenata de mariachis a mi madre porque eso a ella le encanta... y mientras toda la familia tomaba aguardiente y celebraba un año más de existencia, leía este artículo. Contradicción.
En este momento le comprendo su texto, y tal vez un poco de tristeza... pienso también en Xime, ambos en el viejo continente y lejos de la familia... de las madres. Pero mire como es la vida, Lilia hermosamente con un simple párrafo es capaz de derretir cualquier situación adversa a la distancia...
Mucha suerte coleguita y saludes desde la montaña magica...
Cómo así papá que Montaña Mágica? Se llenó el pueblo de mafiosos? Que bueno que lo que le escribí a mi mamá lo haya conmovido; y sí, cuide a su madre y si le gustan los mariachis cuídela todavía más porque esa música es un peligro. Un abrazo.
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