martes, mayo 20, 2008

Un instante de Alatriste

El domingo fue un día cinematográfico, lo recuerdo a pedazos. Estaba dormido, luego estaba despierto. Dormido y luego despierto. Vi película y media por la mañana. Timbró el teléfono. Me bañé y me vestí en 5 minutos. Corrí. Hablé y tomé café. Almorcé, pagué con rabia y dormí toda la tarde. Imágenes superpuestas: eso fue el domingo.
Ahora bien, hoy terminé de ver la media película que me faltaba. Se trata de Alatriste (Agustín Díaz Yanes, 2006). Había visto en Libélula el librito estilo comic, y sentí envidia por el ilustrador, no por sus trazos sino por haber dibujado algo tan largo. Yo quiero también.
De la película me queda el buen sabor y la satisfacción de haber tenido ante mis ojos algo tan parecido a los cuadros de Hervel; el trato dado a la fotografía, el claroscuro, hacen de una pieza de entretenimiento una cascada de lienzos. En fin, muy bonito todo, muy entretenido.
De lo poco que pude pescar –en palabras, digo- está la siguiente frase, y con esto termino.
"La traición es una mancha que nunca envejece. Judas se ahorcó, pero yo no tengo el valor, por eso lloro..."

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