Fue una sorpresa. Nunca esperé encontrarte allí, pero allí estabas. Naranja. No sabía que eras naranja. Tampoco sabía que estabas lleno de aire, tampoco que tenías una sola oreja y que te confundían con un loro. Tampoco sabía que tenías un aguijón, ojalá sea venenoso.
domingo, abril 27, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Le voy a empezar a mandar fotos tan pronto me compre una camara.
Publicar un comentario