Lo bonito de tener problemas es que cuando uno quiere ser oído, nadie está ahí. Eso me encanta, descubrir lo que somos, o más bien: lo que no somos: seres sociales. Tener las cosas dentro a punto de explotar hasta que la temperatura baje, ese es mi estilo de ahora en adelante. Ni una palabra a nadie, que el infierno se concentre en un punto, que la sangre hierba y que los párpados sean instancias de la muerte. No sé, colores santos, rojo, una amplia y viva escala de rojos. Humo convertido en sangre. El ciclo de la sangre fuera del cuerpo. Una visión oscura del futuro, incertidumbre. No sé que pensar de las cosas. Qué el mundo se lo reinvente otro pues yo estoy muy triste como para esas maricadas. Gracias, Ma.esTra.
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4 comentarios:
Muy buenas las dos últimas entradas. No me gusto en cambio la cronica de su viaje a EAFIT, a pesar de los comentarios de Tomas y Elizabeth.
¿Triste?, prefiero la tristeza, es mas bella, menos torpe, mas cuidadosa. Le recomiendo un café (un tinto) a las cinco de la mañana de cualquier día, cuando el silencio abrume, y uno sienta que el mundo es irreal. Esa es la hora mas hermosa del día, luego todo comienza a derrumbarse.
Las cosas siempre son como deben ser (¿mucho conservatismo?), podre ser pesimista pero no cinico.
"Never complain and never explain"
"...cuando el silencio abrume, y uno sienta que el mundo es irreal. Esa es la hora mas hermosa del día, luego todo comienza a derrumbarse."
Gracias Pablo Felipe por esos cortos asomos. Dan ganas de madrugar.
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