lunes, septiembre 12, 2016

Antes de dormir

-No se duerma que le tengo que contar algo –la mano del viejo se posa sobre mi plato de guayaba agria en rodajas que cae sin estrépito en medio de la sala.

Recojo los pedazos de guayaba conteniendo dos impulsos diversos: romperle la cara al viejo y lamer el baldosín hasta que no quede ni rastro de la fruta de los dioses en el piso.

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